lunes, 9 de febrero de 2015

Me estás volviendo loco...

Apenas si han pasado unas cuántas horas desde que me dijiste que me querías, pero han pasado menos aún desde que me dijiste: "Ya basta, es mi decisión final". Sigo sin entender el porqué, fue todo tan repentino que literalmente fue como si en un instante estuviera en el cielo contemplando las maravillas del universo a tu lado y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba de vuelta en mi vida, esa en la que todo es soledad y no hay caminos a donde huir. Así es, me dejaste solo, lleno de ilusiones y esperanzas rotas, sólo me hizo falta rogarte para que no te apartaras de mi lado pero al parecer no te importó, te dejaste llevar por el "¿qué dirán?" y me dejaste a mi en el pozo de tu olvido.

Sabía desde un principio que nada iba a ser fácil, que habrían cientos de obstáculos y problemas que intentarían hacer que un nosotros nunca fuese posible, pero nunca pensé que llegaría tan pronto; quería pensar que si estabas a mi lado no tendría problema en pagar aunque fuese con partes de mi cuerpo el valor que fuera necesario para estar a tu lado pues total yo te sentía con mi alma y esa nunca me la quitarían... ellos no claro, pero tú sí. Quizá hasta hubiera preferido que me mintieras y que inventaras alguna excusa para seguir junto a mi, aunque fuese a la distancia, pero así podría vivir con la esperanza de que algún día esa distancia sería cero. En cambio llegaste a mi cuando más ilusionado estaba y arruinaste mis sentimientos, total, ¿Quién no se llena de ilusiones si apenas hace algunas noches atrás por fin logras escuchar una confesión diciendo que le gustas a esa persona que anhelas y sonríe junto a ti hasta casi el amanecer?.

A pesar de todas tus palabras y de sentir cómo te alimentabas de mi alma enamorada saciando tu sed y dejándome ahí como un saco de carne te dije muchas veces que esperaría por ti, total, es lo único que puedo hacer... esperar, esperar a que algún día -espero no muy lejano- por fin te des cuenta de que siempre te esperaré, de que cada vez que te decía que todo el día pensaba en ti era cierto y no sólo palabras para hacerte sentir bien, pues cuando abría los ojos al despertar lo primero que veía era tu imagen que luego se desvanecía dándole paso al tejado; sentía que todas las personas tenían el mismo acento... el tuyo. Pero cuando te escuchaba... no había nadie que pudiera igualar tu voz. Antes de dormir recordaba todas las palabras que me habías dicho en el día y no podía evitar sonreír como si te estuviera respondiendo, en ese entonces el tejado lentamente te regresaba el favor que tú le hacías a él, el de ser visible ante mis ojos y entonces suavemente se desvanecía para poder verte y sonreír junto a ti una última vez antes de dormir.

Es increíble cómo en tan poco tiempo aparéntemente ya te habías olvidado de mi y me hacías sentir como un fantasma desesperado que quiere llamar tu atención pero tu sólo lo miras y ni una palabra le dices. Mientras que yo por mi parte, por alguna razón ahora te pensaba más que antes, ya no sólo te veía en mi despertar y a la hora de dormir, sino que ahora te veía en todas partes, como si no fuera ya suficiente con que escuchara tu acento en todas las personas, ahora también te veía en todos lados, SÍ!... creo que me estás volviendo loco. Y si debo estar loco para sentir tu presencia y sentir que aún me miras y me hablas como si me quisieras... pues aprenderé a querer mi locura, total... todos mis sueños a tu lado fueron locos para ti.

Sólo te pido que recuerdes... que estaré acá en medio de mi locura esperando por ti.

Sí... estaré esperándote.

Daniel Ríos Toro

No hay comentarios:

Publicar un comentario